LA TIERRA DE LA PIEDRA NEGRA


¿Querrían convertirse en desiertos en el desierto,
en luz naranja de risa y llanto,
volverse viento y dicha en la arena, néctar, escalofrío, libertad...

domingo, 11 de enero de 2015

CANORO SEÑOR BORORO

Gracias, Vorágine, gracias, Surada Poética, gracias, Santander.




   Cada vez que alguien aficionado a cantar escucha por primera vez un ruiseñor en la noche entra en el misterio de cantar en la noche, entra, aunque no lo quiera, en la larguísima historia de la transliteración textual, en esas escuelas que crecen y mejoran hasta que se disuelven con la muerte u olvido de un ruiseñor real, real, con la voz nómada de sus pulmoncillos y sus plumoncillos, la voz de un ruiseñor no ideal ni hipercodificado, y tenemos que aprender de nuevo el canto sin maestro en la noche, en esta noche.

CANORO SEÑOR BORORO

Me duele -con me duele eso empezó Keats- como cuando la lanza del lirio salvaje abre en la mesita de la cocina su triple gloria doble que debe ser lo que busca la gente en las tiendas caras de ropa que imitan con esfuerzo kung-fu de coronado en Mato Grosso bororo o maquillado en el Sahel para el cortejo bororo, amor, ese tío que canta en el cañaveral del vecino ha atravesado con su cuerpecito este oceánico desierto, como casi todos los que se la juegan en esas pateras deshilacha-cha-cha-chá-das de juguete que curioseamos en nuestras playas desiertas, rápida sucesión de notas repetidas, unas roncas, tú y yo roncamos, otras líquidas, tú vino y yo sidra, intercala sincopado un «choqui-choqui-choqui» muy sonoro y un «piuuuuú» aflautado y piante, primero lento y luego como en nuestra siembra de siesta alcanzando un crescendo, relájate con ruiseñor relax como joven universitaria relax o masaje con final feliz extrema unción de gozo y desaparición, -no, no estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir - dijo uno que acabó como un preso torturado vestido de morado, perro, greñas y flauta, mendigando y nomadeando en bandas de amigos neotribalistas ¿entiendes ahora toda las rebeliones y todas las religiones? Y el sabor del mar es la sal y el sabor de toda copla la libertad, siembra palabras, siega emociones, almacena desapariciones, y sin embargo, o con embargo y exiliado del mundo del crédito dulce y cigarrero, se acerca el verano como una fantasía de renta básica universal y homo ludens huizingiano. ¿No vales tú más que un paraíso fiscal? Y sin ejércitos, y tan pequeños, y nadie los invade, el agobio se mata atacando en diagonal, escrache en la espalda a una buena persona, o carga elegante por última vez como caballería polaca contra tanques, vais a comer las recetas de los dominicales, vais a beber una cosecha de fruta de super fermentada y descartada, os vais a vestir con recortables de folletos brillantes. Normal, millones queriendo ser normales, y las normas los están matando, hasta morirse cuesta dinero ¿no podría acurrucarme con flores y cubrirme con piedras como un neandertal? …no, no, tienes que ser normal, y agobiarte por el mañana por la mañana, porque el mañana traerá un agobio propio, más tecnológico, más diferente, choqui, choqui, choqui, piuuuuuú, una mierda, contesta el canoro señor ruiseñor, amor, ese tío canta en la noche macroeconómica e inhumana del agua privatizada y el desarrollo feudal geocida de los que fabrican y se esconden los papeles con ceros a la derecha de caras y puentes, los mismos que no saben de caras y puentes, amor, no el refrito, la cita, el espejo, la noticia, el pastoreo de masas o la pantalla, es el tomatito naranja de la mandrágora compartido, es agua del pozo el hombre canoro y señor, salvaje lirio-pájaro, alienígena amor jondo, la flamenca fuente... ¡Loor, loor, loor, señor ruiseñor!

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