LA TIERRA DE LA PIEDRA NEGRA


¿Querrían convertirse en desiertos en el desierto,
en luz naranja de risa y llanto,
volverse viento y dicha en la arena, néctar, escalofrío, libertad...

lunes, 19 de enero de 2009

LA CULTURA DE LAS LIANAS Y EL CÍRCULO DE WEBER-LUTGEN




Sobre los ladrillos blancos de la galería Weber-Lutgen, Riechmann está diciendo que el secreto está en detenerse, que es hora de pararse. Lo mismo dijo hace mucho Shantideva sobre qué hacer en momentos de duda moral o ante la más mínima posibilidad de hacer daño, no actuar, quedarse inmóvil, como un tronco muerto. Pero seguimos moviéndonos y unos días antes, en la oficina de la galería, leíamos el Futuro Primitivo de Zerzan, y después me enseñaron su cara de basura blanca con barbas y gafas gruesas, estaba cantada la burla propia de un Domingo de Ramos con corderito pascual.-¿Qué se puede esperar de un tío que ha tenido durante mucho tiempo como principal ingreso la venta de su sangre, y que hasta hace poco el único trabajo que había realizado era cuidar niños? El público lee atentamente la respuesta epistolar y correcta del alcalde a Griñolo. Él dice lo que debe, la construcción de un sofisticado avión de transporte militar traerá bienestar a muchos de nuestros conciudadanos, será usado principalmente en misiones humanitarias, y es muy caro, tan caro que ningún estado genocida pobre podrá comprarlo. Nadie sabe que ventas de blindados ligeros a naciones africanas están englobadas en partidas presupuestarias de ayuda al desarrollo. La mayoría de los ciudadanos no saben lo que es el desarrollo, y los artistas menos. El canguro de Oregón sigue repitiendo en mis orejas que no se puede separar la tecnología buena de la mala. He querido hablar con Corto Maltés del asunto, pero es un frívolo, y sigue de viaje. Los árboles de las lianas están creciendo desproporcionadamente, los suelos de las plazas se están resquebrajando, decido ponerme a cubierto en la iglesia de San Luís, San Luís de los franceses, el concierto de música electrónica es desasosegante, como corresponde a su tiempo, giro el cuello hacia la luz de la cúpula, las columnas salomónicas son las únicas columnas que tiene sentido del humor, aguanto un minuto y salgo. En la escalinata del templo toco la columna del amigo que estuvo en coma, y me dice que es ahí, justo ahí, donde empieza el temblor. Griñolo me recoge y me lleva a la Fábrica de los Sombreros, calle Heliotropo sin salida, una casa ocupa donde hay más actividad creativa en una noche que en toda la agenda cultural municipal, pública o privada de todo el mes. Pinto en las paredes, por primera vez con permiso, cocino un cordero orgánico sacrificial y gratuito con Berta la del pañuelo. Todos comen, tres ménades se arrancan sus vestidos de plástico transparente. Eurípides no sabe que sus Bacantes se representan ilegalmente en el siglo XXI. El alcalde acude como Penteo disfrazado, las ménades lo seducen, lo convencen para que se tumbe en la mesa de los sacrificios, lo despedazan, y él disfruta en la disolución. Carmen dice que ella es del Coronil y asegura que ella no tiene nada que ver con los brujos mazatecos o mazapanes que brotan de las paredes y asoman por todos lados.Ella se refugia en su bolsa, querría cosechar algarrobas, limones o algo, pero aqúí sólo crecen naranjas amargas.
Cuando salimos las lianas cruzan, enlazandolos, acercándolos, los balcones de ambos lados de la calle. Las raíces aéreas de los árboles de las lianas han enmarañado ya todos los edificios y vehículos de la ciudad, ellos tienen su propia teoría de lo que es una fábrica aeronáutica. El próximo sábado leeré en la galería Weber-Lutgen, me sacaré sangre, cuidaré a niños, hablaré de la cultura de las lianas.

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