LA TIERRA DE LA PIEDRA NEGRA


¿Querrían convertirse en desiertos en el desierto,
en luz naranja de risa y llanto,
volverse viento y dicha en la arena, néctar, escalofrío, libertad...

domingo, 11 de enero de 2009

EL ELIXIR DE MANZANAS


Arroyo de Frascos Guarda, Málaga.

A mi hermano Fernando, que cuidó de mis hijos cuando yo era bandolero.

Todos queremos escapar del dolor, el aburrimiento, los atascos, la muerte...Esta vez al menos me he librado del temporal, Madrid y Londres cerrado, pero Dublín y Málaga estaban justo en los bordes del gran remolino de vientos fríos, nieve congelada y gente descubriendo en los aeropuertos que los derechos de los pasajeros son publicidad con un asterisco terrible de ver condiciones. Voy dejando los rayos atrás, por los montes de Málaga, y como un bandolero disfruto las manchas de nieve brillante en las torres de granito del Torcal de Antequera. Sin miedo, porque es de noche, bajo hacia las llanuras de la vega, y en ese saltar de mono nervioso que es nuestro pensamiento ordinario recuerdo la mañana y el anuncio en un escaparate de una nueva crema rejuvenecedora, Youthtopia, y pienso que podían haberlo escrito como los poetas irlandeses, Tir na Nog, la tierra de los siempre jóvenes.Y se me vienen a la cabeza todos los brujos y emperadores bebiendo elixires indigestos y venenosos de jade, oro, opio, mercurio, o construyendo gigantescos cañones de piedra para el alma que apuntan a Orión, ofrendas, soldados y sirvientes cogiendo polvo en tumbas, millonarios criogenizados...Por un rato abrazaba hace poco a mis dos hijos y entendí de golpe la trinidad del catecismo, el secreto del elixir y todas las comuniones. La fermentación natural de la manzana no da la inmortalidad y no aparece en manuales alquímicos, pero yo he bebido el elixir y viviré más allá de mi cuerpo y de mi tiempo. Y mientras estoy aquí intento capear el temporal, como todo el mundo.

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